DESCRIPCIÓN - RECOMENDACIONES - CONSEJOS PARA EL MOMENTO DEL ATAQUE
Los famosos ataques de pánico, son también llamados “crisis de angustia”, según el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Desórdenes Mentales (DSM-IV). Les cuento que este manual fue creado por la Asociación Psiquiátrica Americana (USA) cuya primera versión, el DSM-I, se editó en el año 1952. Tengan en cuenta este dato para algo que les voy a contar más adelante.
Volviendo al tema del “Panic Attack” o como a ustedes más les guste llamarlo, puede aparecer en distintos trastornos de ansiedad, por ejemplo: el trastorno de angustia, las fobias (fobia social, fobia específica), el trastorno por estrés postraumático (TEP), o el trastorno por estrés agudo. Lo más importante para hacer un correcto diagnóstico de estos trastornos, es tener en cuenta en qué contexto aparecen.
Dice el DSM-IV:
“Existen tres tipos característicos de crisis de angustia, que se diferencian por el modo de inicio y la presencia o ausencia de desencadenantes ambientales:
- crisis de angustia inesperadas (no relacionadas con estímulos situacionales), en las que el inicio de la crisis de angustia no se asocia a desencadenantes ambientales (es decir, aparecen sin ningún motivo aparente);
- crisis de angustia situacionales (desencadenadas por estímulos ambientales), donde la crisis de angustia aparece de forma casi exclusiva inmediatamente después de la exposición o anticipación de un estímulo o desencadenante ambiental (p. ej., ver una serpiente o un perro desencadena automáticamente una crisis de angustia), y
- crisis de angustia más o menos relacionadas con una situación determinada, las cuales tienen simplemente más probabilidades de aparecer al exponerse el individuo a ciertos estímulos o desencadenantes ambientales, aunque no siempre existe esta asociación con el estímulo ni tampoco siempre el episodio aparece inmediatamente después de exponerse a la situación (p. ej., las crisis tienen más probabilidades de aparecer al conducir, pero a veces el individuo puede llevar su coche sin sufrir ninguna crisis de angustia, o bien padecerla a la media hora de estar conduciendo).”
El DSM-IV (Editado alrededor del año 1990) indica como criterios para diagnosticar el ATAQUE DE PANICO lo siguiente:
“Aparición temporal y aislada de miedo o malestar intensos, acompañada de cuatro (o más) de los siguientes síntomas, que se inician bruscamente y alcanzan su máxima expresión en los primeros 10 min:
(1) palpitaciones, sacudidas del corazón o elevación de la frecuencia cardíaca
(2) sudoración
(3) temblores o sacudidas
(4) sensación de ahogo o falta de aliento
(5) sensación de atragantarse
(6) opresión o malestar torácico
(7) náuseas o molestias abdominales
(8) inestabilidad, marco o desmayo
(9) desrealización (sensación de irrealidad) o despersonalización (estar separado de uno mismo)
(10) miedo a perder el control o volverse loco
(11) miedo a morir
(12) parestesias (sensación de entumecimiento u hormigueo)
(13) escalofríos o sofocaciones ”
Bueno, se acuerdan que les pedí que tengan en cuenta el año de aparición del DSM creado por la Asociación Psiquiátrica Americana (por si no se acuerdan, era en 1952), bueno, resulta que un señor llamado Sigmund Freud ya había escrito algo sobre este tema…. en el año 1894 (La neurastenia y la Neurosis de Angustia). Es decir, que el llamado "Ataque de pánico" no es nada nuevo. Aquí les transcribo el texto:
“ Sólo consigno aquí la lista de las formas que yo conozco del ataque de angustia:
a. Ataque de angustia acompañado por perturbaciones de la actividad cardíaca, palpitaciones, arritmia breve, taquicardia persistente, hasta llegar a estados graves de debilidad del corazón que no siempre es fácil distinguir de una afección cardíaca orgánica; pseudoangina pectoris, de muy espinoso diagnóstico.
b. Ataques de angustia acompañados por perturbaciones de la respiración, varias formas de disnea nerviosa, ataques semejantes al asma, etc. Pongo de relieve que tampoco estos ataques se acompañan siempre de una angustia reconocible,
c. Ataques de oleadas de sudor, a menudo, nocturnos.
d. Ataques de temblores y estremecimientos, que es muy fácil confundir con ataques histéricos.
e. Ataques de hambre insaciable, a menudo conectados con vértigos.
f. Diarreas que sobrevienen como ataques.
g. Ataques de vértigo locomotor.
h. Ataques de las llamadas «congestiones», vale decir, casi todo lo que se ha llamado «neurastenia vasomotriz».
i, Ataques de parestesias (pero es raro que estas se presenten sin angustia o un malestar semejante).
5. Muy frecuente es el terror nocturno (pavor nocturnus de los adultos), por lo común acompañado de angustia, disnea, sudor, etc. No es nada más que una variedad del ataque de angustia. Esta perturbación condiciona una segunda forma de insomnio en el marco de la neurosis de angustia. Por otra parte, me he convencido de que también el pavor nocturnus de los niños no es más que una forma perteneciente a la neurosis de angustia. Su sesgo histérico, el enlace de la angustia con la reproducción de una vivencia o de un sueño adecuados a ella, lo hacen aparecer como algo particular; pero también se presenta puro, sin sueño o sin alucinación recurrente.
6. Una posición destacada dentro del grupo de síntomas de la neurosis de angustia la ocupa el vértigo, que en sus formas más leves es mejor designar «mareo», y en su forma más acusada y grave, «ataque de vértigo»; esté (…) consiste en un malestar específico, acompañado por las sensaciones de que el piso oscila, las piernas desfallecen, es imposible mantenerse más tiempo en pie, y a todo esto las piernas pesan como plomo, tiemblan o se doblan las rodillas. Este vértigo nunca conduce a una caída.
El ataque de vértigo está acompañado no rara vez por la peor variedad de angustia; a menudo se combina con perturbaciones cardíacas y respiratorias. También, según mis observaciones, el vértigo a la altura, en la montaña o frente al abismo, se presenta con frecuencia en la neurosis obsesiva; yo no sé si hay fundamentos para reconocer además un vértigo a stomacho laeso {de origen gástrico}.
[…]
8. La actividad digestiva experimenta en la neurosis de angustia unas pocas, pero características, perturbaciones. No son nada raras sensaciones como ganas de vomitar y náuseas, y el síntoma del hambre insaciable puede procurar, solo o junto con otros (congestiones), un ataque de angustia rudimentario; como alteración crónica, análoga a la expectativa angustiada, se halla una inclinación a la diarrea, que ha dado ocasión a los más extravagantes errores de diagnóstico. “
RECOMENDACIONES
1) CONSULTEN A UN MEDICO
Lo principal es descartar una posible afección clínica. Una vez despejadas esas dudas, podrán llegar a tener un diagnóstico correcto.
Hasta no hace mucho, los médicos clínicos indicaban infinidades de exámenes de laboratorio, placas radiográficas, electros, etc. sin poder encontrar “la enfermedad” que causaba esos síntomas. Es por eso que muchas personas pasaron años y años consultando a distintos especialistas y realizándose decenas de estudios (todos con resultados normales), hasta que finalmente daban con un profesional que acertaba el diagnóstico.
Sin embargo, hoy en día el diagnóstico suele realizarse en un tiempo más breve.
2) NO SE AUTOMEDIQUEN.
Por favor, esto es MUY IMPORTANTE, ya que hay muchísima gente que se automedica con benzodiacepinas (clonazepam, alprazolam, diazepam) sólo por recomendación de un amigo que dice: “a mi me pasaba lo mismo, me dieron estas pastillas y ando re-bien”. Sólo un especialista puede indicar esta medicación, preferentemente un psiquiatra ( lo aclaro porque hay médicos clínicos sin especialización en psiquiatría que también medican con psicofármacos, y no realizan un seguimiento de la evolución del paciente).
También hay que tener en cuenta que hay muchos casos en los que no es necesaria NINGUN TIPO DE MEDICACION.
Quizás algún psiquiatra lea esto y no esté de acuerdo con mi opinión, pero realmente hay muchos casos de recuperación en un 100% sin necesidad de medicación.
3) LOS TRATAMIENTOS.
Lo más recomendable, en caso de realizar un tratamiento psicofarmacológico, es acompañarlo de psicoterapia.
En lo que a mi respecta como profesional, hay casos en los que es necesario que el paciente sea medicado (cuando por estos síntomas se ve afectada su vida social o laboral). Hay otros pacientes que pueden convivir con sus síntomas y llevar una “vida normal”, ya que pueden organizar mecanismos que le permitan evitar situaciones que le generen malestar, o que no se ven afectadas las áreas del sueño o la alimentación, por ejemplo. Estos pacientes pueden mejorar simplemente realizando algún tratamiento psicoterapéutico (psicoanálisis, psicoterapia cognitiva… etc.) Obviamente que los resultados no son tan rápidos como cuando se toma medicación, pero no siempre sólo con medicación se acaba el problema.
4) CON LOS ESPECIALISTAS, PREGUNTEN TODO LO QUE SE LES OCURRA
No se queden con dudas. Nadie se va a ofender si preguntan ¿para qué es esta medicación? ¿en qué me va a ayudar? ¿cuánto tiempo la voy a tener que tomar? ¿usted es Licenciado en psicología? (ojo con los psicólogos sociales, que hay unos cuantos que realizan tratamientos y no están habilitados para ello). Todas estas preguntas ayudan a disminuir el nivel de ansiedad.
5) MUCHA PACIENCIA
Cuando uno se siente mal, quiere CURARSE YA!! Pero lamentablemente no existen "pociones" ni "píldoras mágicas". Hay que armarse de mucha paciencia, y saber que en todo tratamiento puede haber avances y retrocesos, eso es normal.
Valoren los pequeños logros que van realizando, sin pensar “estoy bien, pero hay que ver cuánto me dura”.
Sepan que un tratamiento es un trabajo muy duro, pero si están dispuestos a realizarlo la recompensa será ese alivio que tanto anhelan.
CONSEJOS PARA EL MOMENTO DEL ATAQUE
En cuanto al famoso “ataque de pánico” en sí (que ahora podemos llamar CRISIS DE ANGUSTIA), las recomendaciones para el momento mismo en que sobreviene pueden ser las siguientes:
1) Si ya tiene un diagnóstico de trastorno de ansiedad, ataque de pánico o como quiera que lo haya nombrado su médico, debe tener en cuenta que:
a) No se va a ahogar, por más que sienta ese malestar en la garganta.
b) No le va a dar un paro cardíaco, por más que sienta el corazón latiendo en tu pecho (lo siente porque toda tu atención está puesta en eso. Puede probar en una noche tranquila, recostado en su cama, prestando atención a los latidos de su corazón y se va a dar cuenta que también lo siente sin necesidad de tener un ataque de pánico).
c) Los mareos son porque está tomando demasiado aire, más del que su organismo necesita (hiperventilación). También puede hacer la prueba, en un día tranquilo: siéntese en una silla y empiece a respirar rápido y profundo por la nariz y tirando el aire por la boca.. al cabo de unos minutos respirando de esta manera, se sentirá mareado… su cerebro tiene demasiado oxígeno).
2) Siéntese en una silla y pone la cabeza entre las piernas, respirando suavemente. Evite las ganas de “llenar los pulmones de aire”, porque ellos YA TIENEN DEMASIADO OXIGENO, por eso no "le entra" mas aire.
3) Suele funcionar muy bien lo que se ve en las películas: respirar dentro de una bolsa de papel (o de nylon). Esto ayuda a que en tus pulmones entre dióxido de carbono, y por ende, haya menos oxígeno (ese que le hace sentir que no puede respirar…. irónico, no?)
4) En algunos casos también funciona recostarse boca arriba, intentando respirar lo mas suavemente posible, y recorrer cada centímetro del techo con la mirada.
BIBLIOGRAFÍA
- DSM-IV, Edición 1992
- Freud, Obras Completas, La Neurastenia y la Neurosis de Angustia (1894)